viernes, 25 de septiembre de 2015

A veces quiero disparar.

Algunas noches,
siento como si me hubiesen arrancado el corazón del pecho,
sin avisar,
y sólo me hubiesen enseñado a llorar.

Muchas madrugadas,
se me hacen herida,
pasos difíciles,
y puzzle de mil piezas.

Y sólo sé romperme,
suspirar cinco veces por cada vuelta que da la manecilla del reloj,
y escuchar los temas más lentos de Funambulista con una vela en la mano.

A veces,
quiero cicatrizar,
ponerme una sonrisa y salir a bailar.

Pero para entonces,
ya se me han cansado los pies.



jueves, 3 de septiembre de 2015

Velas.

Sóplame las pestañas.

Pídeme por favor que me quede un ratito más.
Cuéntame cómo la ha liado tu hermana esta vez.
Déjame escribirte, pintarte, soñarte.

Cántame a gritos la canción por la que vives,
el poema que te remueve el mundo,
aquel estúpido villancico de Navidad que me hace reír.

Muérdeme un hombro,
un esquema,
la boca.

Recuérdame que es tarde,
mándame a dormir,
no me des las buenas noches.

Arrópame,
''que sueñes bien'',
duérmete.