lunes, 21 de diciembre de 2015

Me ha costado escribirle esto, ¡oh, ya lo creo!

Esta vez no ha sido el miedo,
ha sido no querer aceptar mi derrota,
las ganas de volver a besarle la boca,
su ida,
la herida.
 
Resulta irónico que diga que no pasa nada mientras me escupe hielo,
últimamente pienso que no puedo conmigo,
rumbo perdido,
tú,
que me lees,
te hago testigo.
 
El papel me lo han fastidiado las lágrimas,
la lluvia ha inundado mi ánima,
y mis pies dicen que ya no quieren andar.
 
"Me ha tocado la tonta",
después le miraba absorta;
hoy,
la tonta,
no tiene fuerzas para chocar la copa.
 
Razón no le faltaba,
minutos después ya le añoraba,
maldito agobio y jodido miedo,
no dudaron en herirme con él primero.
 
Si os pido que le digáis que vuelva,
¿me haréis caso?
 
Todas las noches me atormenta mi fracaso.
Decidle que incluso le quiero,
que sabe que por su sonrisa muero.
 
Que no me olvide nunca,
que le seguiré mandando besos directos a la nuca.
 
No le digáis que lo siento
o su decepción irá en aumento,
tampoco le habléis de lo mucho que me arrepiento.
 
Cantadle esta noche alguna canción imprecisa,
por favor,
asegúrense de que muestre siempre su sonrisa.