martes, 16 de mayo de 2017

Amapolas

Había dejado de ser,
para resignarse a estar.

Un día el invierno se coló por su puerta sin educación,
sin llamar al timbre,
sin darla un beso de bienvenida con todos los que se merecía ella;
y congeló todas las ganas que una vez tuvo de reír.

Su cama pareció convertirse en su mayor tesoro,
el tiempo jamás volvió a ser su enemigo
y empezó a llevar ojitos tristes con una montaña de lágrimas a sus pies.

Tenía el pecho cubierto de flores que ella misma sembraba,
hasta que un día la lanzaron una soga por las pupilas,
y se arrancó toda la primavera que llevaba dentro.

Me cantaba canciones para que me creyese que podía tocar la Luna si yo quería,
abrazaba mis miedos y les hacía cosquillas para que no me volviesen a asustar.

‘’Nunca dejes que nadie te quite la magia, mi pequeña,
porque algún día, te darás cuenta de que el mundo necesita tus trucos’’ – decía,
y después me sacaba a bailar.

Una mañana se levantó con las alas cortadas,
y desde entonces sólo sabe llorar.

Está tan rota,
que cuando la abrazas te llueve porque le hacen eco los pedazos
y no la dejan dormir.

Hoy quiero que sonrías por mí,
porque siempre te has merecido todas las estaciones del año,
y hoy me niego a que te desprendas las ganas como si fueses otoño.

Voy a abrazarte hasta que te duermas,
y después te voy a contar un cuento para que te quedes conmigo
y nunca más vuelvas a irte.

Aunque no sepas que llevo desde que te fuiste en estado naufragio,
para la niña de tus tristes ojos, sigues siendo salvavidas.

 

jueves, 11 de mayo de 2017

El disparo

A ti que me haces ser, te pido que dejes de obligarme a estar.
Que dejes de proclamarte victoria, cuando aquí persiste la guerra.


Día ciento cuarenta y nueve sin mí:
Por favor, crúzate mañana conmigo en el andén siente de la línea imperfecta que dejan mis tus dientes cuando te regalan el peor chiste del mundo.

Venga anda, vuelve, por favor...
¡Pero si a mí me encantas hasta los domingos en casa! Despeinada, con cara de sueño, vistiendo el pijama más horrendo del mundo...
Aquello sólo fue fruto de un enfado, una nimiedad... Sabes que te veo increíble los viernes de pintalabios rojo y cena con amigos. Porque eres preciosa.
Sí... Ya sé que te lo grité frente al espejo teléfono, pero me resultan interesantes, créeme.
Cada cicatriz es una lucha, una historia.
¡Pues claro que no te hacen fea! No, tampoco las odio, son pequeñas partes que completan lo que eres hoy.
Bueno, tú tranquila, ya encontraremos alguna forma de adaptarnos a tus días ñoños...
A ver... Si los mimos no están tan mal...
Con que de vez en cuando midas tus palabras cuando te pones intensa así, sin avisar, seguro que notamos grandes cambios, ya verás.
Bueno... Sí que es verdad que nos falta de...
Y te sobra otro poco de esto...
Es que tienes que controlarte con, ya sabes que a los demás no le suele gustar eso, pero te has empeñado y de ahí no sales.
Sí, a lo mejor... Mira, ya está, inténtalo.
Empecemos por cosas poco perceptibles y ve poco a poco...
Ya verás, cuando cambies se nos van a abrir mil puertas.
Porque a ver, siendo sinceras,
¿acaso te pensabas que te iban a querer así?