sábado, 20 de agosto de 2016

Voces.

Invierno llegó antes de tiempo para todos y ni siquiera dejó una nota en la encimera de la mesa para anunciar la intrusión.
La gente vuelve a tener cara de prisa, de desear otro mundo, de dormirse soñando con una buena noticia que les grite que todo va a estar bien.

En mi calle huele a temor de despido por sorpresa y ya han desahuciado a dos parejas de ancianos que me habían hecho creer en el amor teniendo yo más óxido que corazón.

Han regalado pancartas a las calles para que se abriguen y no tengan frío con tanta corrupción; y los jóvenes son más rebeldes que adolescentes porque llevan en los ojos una revolución.

La mujer que vive al lado del estanco no deja de llorar, porque se ha quedado embarazada del tercero y ya le quiere, pero apenas puede al más pequeño alimentar.

En mi barrio está creciendo la promesa de la cura para el cáncer, pero se le han roto todos los planes porque nadie puede pagar las tasas de su universidad.

Víctor tras más de cuatro años en el paro, se ha intentado suicidar.

¡Queremos un cambio! -gritan. Salen a la calle cantando rituales futbolísticos, pero se quedan durmiendo los días que hay que votar.
Y que qué bonita la tierra y qué bonito es el mar, pero les hablan del calentamiento global y no tardan en cambiar el canal.
Pobrecitos los europeos, la de ataques que están teniendo que soportar. Y hacen oídos sordos cuando les dicen que en Turquía la situación sólo acaba de empeorar. JesuisCharlie y millones de hastags más, si total, yo con esto demuestro que soy humano y no hago nada hasta que a mi propia vida vea peligrar.

He dejado una llamada perdida a la Tierra y ésta un mensaje con noticias de Sociedad.
Que dice que está harta de recibir quejas, que dejéis el puto móvil y salgáis a la calle con cojones de luchar.